jueves, 11 de diciembre de 2003

Navidad 2003

Iglesia de San Lucas
La vista está tomada desde el Cerro del Bú, en primer término se alza la Iglesia de San Lucas y su conjunto, al fondo, sobresaliendo, se divisa la torre de la Catedral.

La iglesia de San Lucas fue una antigua parroquia mozárabe o visigoda erigida en el siglo VII, que está enclavada en un recinto amurallado que fue un antiguo cementerio.

Son prácticamente dos iglesias en una, ya que al lado de la iglesia mudéjar de tres naves con sus correspondientes capillas en la cabecera, fue añadida en el siglo XVII una gran capilla barroca. Los pilares de ladrillo sostienen arcos de tipo califal que pueden ser testimonio de obras realizadas en época islámica.

La cubierta de la nave central es una armadura de par y nudillo y las laterales mantienen un cielo raso. La torre presenta la tan toledana silueta mudéjar, aunque el conjunto está muy transformado en distintas épocas, habiendo sido restaurado muy recientemente.

El edificio tiene dos puertas, una a los pies del templo y otra en la fachada norte. Es la única iglesia que posee un jardín tapiado. La capilla barroca de la muy querida en Toledo Virgen de la Esperanza está cubierta por una cúpula sobre pechinas.

Actualmente sigue perteneciendo a la comunidad mozárabe, y es sede de la Antiquísima Hermandad de Caballeros y Damas Mozárabes de Nuestra Señora de la Esperanza de San Lucas de la Imperial Ciudad de Toledo. (Fuente: Architoledo)

Uno de los parajes más tranquilos de Toledo, la Iglesia de San Lucas, ahora sólo perturbado por los muchos vehículos que por allí estacionan, encierra una de las leyendas más conocidas de la ciudad, un prodigio con cierta carga espectral que D. Eugenio Olavarría dejó escrito allá por 1880 con el nombre de Don Diego de la Salve.Cuando la Salve terminó descendió el cadáver a su huesa; apagóse el resplandor vivísimo que rodeaba el altar, y los ángeles, envolviéndose en sus alas, se perdieron invisibles en el espacio. La multitud se precipitó a la iglesia. Don Diego continuaba arrodillado pidiendo a la misericordia de Dios indulgencia para sus faltas y perdón para su incredulidad. (Web: Leyendas de Toledo)

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