lunes, 5 de diciembre de 2022

Navidad 2022

Puerta de Valmardón

La Puerta de Valmardón o de Bab al-Mardóm está situada al norte del casco histórico, cerca de la Puerta del Sol y de la mezquita del Cristo de la Luz. También se la conoció en el pasado como "Puerta de Mayoriano" o del "Cristo de la Luz".

Fue construida en el siglo IX–X y permitía el acceso a la medina islámica toledana, siendo probablemente la más antigua de la ciudad de Toledo. Su nivel inferior está dividido en dos espacios entre los cuales existe una doble mocheta que aloja el rastrillo, añadido durante las reformas realizadas en época cristiana.

El aparejo empleado en sus fachadas es de sillería reutilizada en las zonas bajas y el mampuesto encintado con hiladas de ladrillo, típico del arte mudéjar, en las zonas medias y altas.


El acceso a través de esta puerta debió realizarse por sendos arcos de herradura, que fueron modificados posteriormente hasta convertirlos en arcos de medio punto, sobre los que se sitúa el cuerpo superior que servía como estancia, distinguida externamente con el típico aparejo toledano.

Algunos huecos ciegos, y una ventana, dan cuenta de los cambios en su uso. La puerta fue pasando por distintas etapas, propiedad de Los Mendoza hasta el siglo XVIII, hospital de San Lorenzo después, hasta llegar a manos privadas a finales del siglo XIX. (Textos: Patrimonio Cultural Castilla-La Mancha)

Fue declarada monumento nacional junto a otras puertas, torres, murallas y puentes de la ciudad el 21 de diciembre de 1921.​ Actualmente cuenta con el estatus de Bien de Interés Cultural, por un Decreto de 15 de diciembre de 1998, de la Dirección General de Cultura de la Consejería de Educación y Cultura.

Cerca de esta puerta se ubica la mencionada mezquita del Cristo de la Luz, lugar donde la tradición toledana nos relata una leyenda basada en la época de la Reconquista:

Cristo de la Luz "Su odio llegó a tal extremo que idearon un plan diabólico: untar con un potentísimo veneno los pies del Cristo, y como era costumbre de los cristianos rezarle, pedirle un favor y después besarle los pies para alcanzar la concesión de la súplica, creyeron que con su acción lograrían un doble propósito: matar a un número indeterminado de cristianos y que estos llegasen a aborrecer a la hasta el momento venerada imagen, tambaleándose su fe. Así que pusieron en ejecución su malvado designio aprovechando la soledad de la iglesia y la oscuridad de una noche de luna nueva.

Sin embargo, obtuvieron como resultado todo lo contrario del plan ideado, porque ocurrió que, a la mañana siguiente, cuando la primera devota llegó a rezar ante el Cristo y después intentó besar, como de costumbre, sus pies, se produjo el milagro: el Cristo retiró el pie, desclavándolo de la cruz, permitiendo que los labios de la mujer llegasen a rozarle. El estupor aumentó cuando el mismo hecho se repitió una serie de veces y con distintas personas"  (Web: Leyendas de Toledo)

lunes, 13 de diciembre de 2021

Navidad 2021

Plaza de Zocodover

El origen del nombre Zocodover procede del árabe sūq ad-dawābb, que significa "mercado de bestias de carga". Esta plaza fue también el lugar por donde se corrían los toros y se organizaban las cucañas en las fiestas de la localidad. Se trata, pues, del punto neurálgico de la vida social de la localidad desde tiempos medievales. En Zocodover también se habrían llevado a cabo autos de fe de la Inquisición y ejecuciones públicas de reos.

Fue el centro neurálgico de la ciudad durante la mayor parte de su historia, actuando como plaza mayor de la misma. Una parte de ella fue diseñada por Juan de Herrera en tiempos del reinado de Felipe II.

Es cuando la antigua plaza fue destruida por un incendio el 29 de octubre de 1589 cuando se decide construir una nueva. En 1854 se traza un ambicioso proyecto, de la mano del técnico Santiago Martín Ruiz, para reorganizar la plaza de Zocodover, transformándola en una plaza porticada rectangular.

Varios debieron ser los intentos de ensanche de la plaza, aunque de estos dos son los que más destacan:

El primero y más antiguo data de época de los Reyes Católicos, aprobado por la misma Isabel de Castilla en 1502. La propuesta vino del mismo ayuntamiento toledano y se autorizó a todos sus órganos la remodelación de esta, visto que la otrora plaza era demasiado estrecha, y ya que el alcázar de Toledo carecía de una plaza apropiada se querían unir ambos hasta la fachada delantera del edificio. Para ello se elevaría un muro para superar el desnivel hasta el postigo de San Miguel y también quedaron regladas sus características, entre la que destacamos la construcción de los típicos soportales de arquitectura castellana. Nunca se llegó a poner en práctica tan colosal obra, ya que teniendo en cuenta las posibilidades técnicas de la época y el elevado desnivel desde Zocodover hasta la fachada principal del alcázar, 23 metros de altura, la dificultad se hacía muy gravosa sumando a esto el hecho de que para poder rebajar el terreno habría que haber excavado en roca viva.

El segundo ensanche sí se realizó y data de comienzos del siglo XVII. Este consistió en el derribo de una serie de viviendas de poco valor que parece ser dificultaban la visión total de Zocodover desde su parte superior hasta la inferior y viceversa. Nunca se realizaron más soportales y probablemente este hecho se deba a que no se quería quitar metros a la plaza. En la actualidad Zocodover es uno de los lugares de la ciudad donde se llevan a cabo multitud de actos y festejos, así como también sirve de popular punto de encuentro y disfrute de los toledanos y sobre todo paso obligado para los miles de turistas que jalonan las calles del casco histórico durante todo el año. (Fuente: Wikipedia)

Próximos a esta plaza se alza el Alcázar de Toledo, ubicado en la zona más alta de la Ciudad; este lugar le sirvió de inspiración a Leopoldo Aguilar de Mera, alumno de la Academia de Infantería de Toledo, escribiendo la leyenda de:

La sierva “Cuando la animación era más grande, apareció por la Cuesta del Alcázar una carreta que apenas podía abrirse paso entre la ola de blancos albornoces y negros capuces. En ella, fuertemente ligadas sus carnes débiles y sus manos inocentes, iba Azrael, la bella esclava de Abul, camino del patíbulo. Llegó el cortejo al pie del tablado, el verdugo hizo subir a la inocente, y cuando el griterío de la ola salvaje era más ensordecedor, la cabeza de la sierva rodó por el tablado, manchando con su sangre de carmín el suelo y arrancando un rugido de espanto del confidente del Rey que veía el cuadro desde las torres del Alcázar.

Y aquella misma noche, cuando el viento rugiendo una melodía de muerte y la lluvia siseando besaba la ciudad, colgaban los verdugos en las almenas del Alcázar la cabeza de aquella esclava del Rey, de la bella Azrael, la de talle gentil como la palmera del oasis, la de mirada ardiente como las arenas del desierto”. (Web: Leyendas de Toledo)

 

sábado, 12 de diciembre de 2020

Navidad 2020

Puerta de Bisagra
Su nombre musulmán era bab al Shaqra o "puerta de la Sagra" siendo este el único acceso directo a la ciudad de Toledo desde la comarca que se ubica al norte de la ciudad.

Aunque ha existido cierto debate en lo referente a su origen y antigüedad, si fue primero árabe o mudéjar,los trabajos arqueológicos han dado la respuesta oportuna: la excavación efectuada en 1999, con motivo del proyecto de restauración de las murallas de Toledo, documentó que la estructura renacentista estaba levantada sobre un antiguo acceso en codo, hoy apreciable en el pequeño patio anejo al patio principal llamado "patio del encuentro". Aunque algunos de los vanos originales se cubrieron, durante la intervención se pudieron exhumar diversos materiales que fechaban esta puerta claramente con anterioridad a la conquista de la ciudad por parte de Alfonso VI en el año 1085. Los potentes cimientos y la estructura en codo subrayan el carácter monumental de la estructura, que fue amortizada -quizás durante la conquista de la ciudad- y sellada. Esta puerta, por tanto, es claramente anterior a la puerta vecina conocida en cambio como "puerta vieja de Bisagra" esta sí, claramente mudéjar. De los dos torreones cuadrados rematados por tejados piramidales, el ubicado al oeste formó parte de la estructura medieval original. Es un cuerpo macizo, al contrario que el otro, y presenta una fábrica de sillares de gran tamaño originarios de la puerta islámica. El aparejo a soga y tizón de esta estructura es elocuente, en este sentido.

Sufrió una reconstrucción a mediados del siglo XVI que debió de comenzar hacia 1540;participarían en ella Nicolás de Vergara el Viejo, Juan de Benavides, Eugenio Sánchez y hacia 1547-1548 Alonso de Covarrubias. Las obras finalizarían en 1576.

Está formada por dos cuerpos independientes con dos altos muros almenados que los unen, formando un patio de armas entre ellos, donde se encuentra una estatua de Carlos V. El lado externo está formado por un arco de medio punto con sillares almohadillados, sobre el que se encuentra un gran escudo de la «Ciudad Imperial», con su inconfundible águila bicéfala,además de un frontón con una escultura de un ángel custodio. Flanquean esta entrada dos grandes torreones circulares. El cuerpo que da a la ciudad tiene otra puerta de arco de medio punto, flanqueada por dos torreones cuadrados rematados por tejados piramidales. (Fuente: Wikipedia)

Llama mucho la atención un ángel guardián que corona la puerta en su parte más alta, portando una espada en su mano derecha. Este ángel tiene una leyenda muy popular en la ciudad con el título de... El Ángel Custodio de la Puerta de Bisagra.“... un triste día, la terrible peste quiso entrar en la ciudad, pero el ángel guardián situado en lo alto del acceso principal la detuvo con su espada. Tengo permiso de Dios para matar a siete, dijo la peste y el ángel la dejó entrar... En aquella peste murieron siete mil toledanos. Cuando la peste abandonaba la ciudad por la misma puerta, el ángel le reprochó: Me dijiste que sólo matarías a siete y has matado a siete mil, a lo que la peste respondió: Yo sólo maté a siete, a los otros los mató el terror". (Web: Leyendas de Toledo)

viernes, 6 de diciembre de 2019

Navidad 2019

Ermita Virgen del Valle
Esta advocación tiene una pequeña ermita que hay sobre un empinado risco al Mediodía de Toledo y de la otra parte del río, el cual se atraviesa a aquel sitio por una barca de remos que titulan el Barco del Pasaje, y tiene enfrente una cuesta muy agria para subir al santuario.

Sobre ese mismo asiento y sus inmediaciones se tiene por seguro que estuvo en la época goda el monasterio de San Félix, y después en la época castellana la ermita de San Pedro y San Félix (vulgo de Saelices). Ignoramos cuando y por qué se cambió la advocación del santuario dedicándole a Nuestra Señora con el título del Valle y olvidando la antigua denominación de dichos Santos, aunque presumimos que esta novedad debió ocurrir ya muy entrado el siglo XVII, pues el Doctor Pisa no menciona en su historia de Toledo tal ermita de la Virgen del Valle y sí da razón de la de San Pedro y San Félix, al paso que en 1674 vemos ya que se reedifica la capilla a costa de su patrono D. Juan de Austria que dio 500 ducados, de los mayordomos de la cofradía de la Virgen, que pusieron otros 1.000 ducados, de limosnas que se agregaron para sufragar al resto de las obra, cuyo coste ascendió a 48.932 reales vellón, todo lo cual aparece en la inscripción que hay sobre la puerta de la iglesia.

Es de presumir que acaso ya se venerase en la ermita de los referidos Santos la imagen de Nuestra Señora del Valle, y que hallándose ruinosa la fábrica y sin hermandad aquellos titulares, la cofradía de la Virgen se encargase de repararla en unión con el Patrono del santuario (desde siempre ha sido el Arcediano de Toledo), y con su anuencia se le cambiase entonces la advocación; ello es que desde esa fecha acá solo se la entiende por ermita de la Virgen del Valle.

Por lo demás, nada hay allí notable para el artista; el templo es pequeño y moderno, de tres naves con su capillita semicircular donde está el único altar sin mas retablo que una hornacina abierta en el grueso del muro, y en su interior está colocada la imagen de Nuestra Señora, que es de talla, pero con vestido encima; es sin embargo muy frecuentado este santuario, por la mucha devoción que los toledanos tienen a su titular, a quien nunca faltan luces de limosnas y promesas, ya por lo pintoresco del sitio, ya en fin por lo agradable y sano de las aguas que en abundancia arroja una fuente que brota precisamente debajo del altar de la Virgen, del mismo risco que sirve de cimiento a la capilla.

Es también muy concurrido este lugar porque el cerro inmediato, que domina todos aquellos contornos, suele ser escogido para comidas y meriendas campestres en días de esparcimiento para las familias toledanas y visitantes; celebrando cada primero de mayo una fiesta tradicional en honor a la Virgen del Valle. (Fuente: Toledo en la mano)

En el cerro inmediato, encontramos dos grandes piedras donde se inspira la famosa leyenda: La piedra (o peña) del Rey Moro. “Pero la historia no acaba aquí. Al pie de la “peña” se pueden ver varios peñascos que, colocados unos sobre otros y vistos desde una posición determinada, figuran la cabeza de un hombre ceñida por un turbante. La tradición toledana explica el hecho de la siguiente manera: Partidos los restos del ejército moro y habiendo vuelto la tranquilidad a la zona, el alma de Abul-Walid salía todas las noches de su sepultura y se sentaba sobre la gran roca para contemplar la ciudad donde yacía su amada. Al llegar el alba volvía a su tumba. Cierto día, estando cercano el clarear de la aurora, pidió a Alá que le permitiera permanecer allí constantemente y no le obligase a ocultarse en su sepultura, y el dios, viéndole tan desgraciado, le otorgó lo que pedía convirtiéndole en piedra”. (Web: Leyendas de Toledo)

jueves, 13 de diciembre de 2018

Navidad 2018

Puerta del Sol
La Puerta del Sol de estilo mudéjar, fue construida por los Caballeros Hospitalarios para dar acceso a la ciudad amurallada de Toledo. Se trata de una puerta de albarrana, de carácter conmemorativo, de gran influencia Nazarí. Está fechada en el último cuarto del siglo XIV. El arco de acceso es un arco de herradura y es acogido por otro arco de herradura apuntado. Está construida en piedra, sillería y mampostería. Las almenas, los merlones y el friso de la puerta son de ladrillo. Con arcos lobulados entrelazados.
La Puerta del Sol es la entrada más antigua de la ciudad construida a fines del siglo XII. La mayor parte que pueden apreciar los visitantes es lo que se conserva del siglo XIV. Ingresando por ella se puede llegar a la medina o núcleo histórico árabe. La impresionante arquitectura posee un estilo mudéjar construido en piedra y ladrillo conformado por varios arcos sucesivos. El nombre que recibe se debe al Sol que está representado sobre un escudo triangular en el medallón central junto a la Luna.

La hermosa Puerta del Sol en sus orígenes era una torre albarrana del siglo X, la cual defendía el acceso a la ciudad. Su primera edificación fue en los tiempos del Reino Taifa, como así lo indican sus arcos de herradura interiores. Debido a las constantes guerra civiles fue necesaria su reconstrucción en el siglo XIV. Se convirtió de esa manera en un principal y hermoso ejemplo de arquitectura mudéjar militar. Algunos sostienen que imita a las portadas granadinas de la época.

En el siglo XIV cuando la Puerta del Sol fue reedificada se construyó con el estilo mudéjar. Se emplearon los materiales típicos como: mampostería, sillares y ladrillo. El vano que encontramos es de un arco de herradura que está enmarcado en otro, sobre él aparece un doble friso de arquería. En el siglo XVI, sobre el arco se añade un altorrelieve con el emblema de la Catedral bajo la Luna y el Sol.

Aunque las buhardas, matacanes y las almenas le otorgaban un aspecto militar su función cambió y pasó a ser más un arco triunfal que defensivo. Si la observamos más detenidamente, observaremos que existen piezas ajenas al estilo como un pequeño busto clásico o un sarcófago paleocristiano. Esta belleza arquitectónica es muy cercana a la mezquita del Cristo de la Luz y se encuentra a mitad de camino entre la plaza Zocodover y la puerta de Bisagra.

Ingresar a la ciudad por está puerta es una experiencia casi mágica porque nos lleva a los tiempos medievales. En aquellas épocas las puertas de acceso a las ciudades tenían un significado social y simbólico muy profundo. Vale la pena pasar a visitar y quedarse hasta el anochecer cuando la vista se vuelve impresionante. De factura bellísima, la Puerta del Sol ha sido uno de los monumentos más fotografiados de Toledo desde el inicio de la fotografía. (Fuente: Castillos del Olvido)

Relacionado con el escudo triangular, donde se describe la escena que compone el relieve, el albacetense Cristóbal Lozano Sánchez escribió un relato titulado: La Casulla de San Ildefonso. “La mañana del 23 de enero del año 667 un toque fúnebre de campanas entristeció a Toledo. De Santa María la Mayor partían graves sones que se extendían por toda la ciudad. Las restantes iglesias se unieron de inmediato a su llamada llenando el valle de afligidos sonidos metálicos. El santo había muerto, y la primera campanada se había fundido con su último suspiro. Ildefonso había quedado como dormido, con el rostro tranquilo y la apacible expresión de los que no tienen nada que temer. El Cielo le había llamado y él no quería llegar tarde a su cita con la Madre de Dios”. (Web: Leyendas de Toledo)

lunes, 11 de diciembre de 2017

Navidad 2017

Puerta de Alfonso VI
Se cita este nombre en 1770 al reconocerse una casa en el barrio de Santiago del Arrabal, que pertenecía a la parroquia de Santas Justa y Rufina. Parece probable que con el nombre de Puerta Cerrada se designase a la hoy llamada de Alfonso VI. El dato es importante por afectar al tan discutido nombre verdadero de esta puerta que, no se llamaba “Vieja de Bisagra” en el siglo XVIII.

Se ha supuesto por mucho tiempo que la verdadera Puerta de Bisagra era la hoy llamada de Alfonso VI, mientras que la Nueva no existía sino desde 1550. Pero ya el concienzudo investigador don Pedro Román demostró, en forma concluyente, que la llamada Nueva no era sino la auténtica de Bisagra y a la que se refieren las numerosas citas históricas conocidas, siendo la de Alfonso VI tan sólo el postigo de la Granja o Puerta Almaguera. (Fuente: Historia de las Calles de Toledo)

La Puerta de Alfonso VI da acceso al interior del centro histórico de la ciudad atravesando la muralla que la rodea. Su construcción data del siglo X, aprovechando restos de edificaciones previas, ​aunque se le hicieron distintas modificaciones de estilo mudéjar no anteriores al siglo XIII.
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En la época en la que la ciudad estaba bajo dominio islámico, era la entrada principal a la urbe desde la Vega. Más tarde, tras la construcción de la Puerta Nueva de Bisagra, permaneció cerrada abriéndose únicamente para ocasiones señaladas, cayendo así poco a poco en abandono hasta su restauración y reapertura en 1905, siglos más tarde. ​

En cuanto a su tipología y proporciones, esta puerta es muy parecida a la Puerta del Vado. (Fuente: Wikipedia)

Don Basilio Pavón Maldonado, historiador del arte español, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), hace una completa descripción de la puerta, en este enlace, en formato pdf, en su página 7.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Navidad 2016

Arco de la Sangre
Es una puerta más de acceso a la Plaza de Zocodover. Llamada Arco de la Sangre de Cristo, de estructura árabe con arco de herradura, se conservó casi intacto hasta 1936, que se nos perdió, junto con cosas mucho más valiosas, por causa de la contienda de la Guerra Civil Española.

Conocemos también su nombre en árabe: Bab-al-Yayl, puerta de los Caballos. Parece natural suponer que la fachada de esta puerta que mirase hacia la plaza tuviera un arco del mismo estilo. No obstante un gran incendio ocurrido en 1589 convirtió a más de veinte casas en casi un solar, afectando a esta fachada. Había que reformar toda la plaza y el Arco de la Sangre, por su antigüedad, por la imagen encapillada sobre él y por estética era el elemento principal de la plaza.

La reforma fue ordenada por el Rey Prudente en 1596, encomendando las obras a Juan de Herrera, levantando los edificios con cargo a los propietarios. Habida cuenta la acostumbrada escasez de fondos de nuestro Municipio, el proyecto de reforma no se hizo por completo; se levantaron los edificios, parte de las columnas y dos puertas, de las que sólo ha llegado a nuestros días el Arco de la Sangre. Es curioso que éste fuera lo único que quedase en pie al quemase otra vez, en 1936, la manzana entera. Reconstruida en 1945 fue engarzada cuidadosamente en la nueva fachada restaurada; un cartel en mármol, sobre el arco, bajo el reloj, indica la fecha de su última restauración. (Fuente: Historia de las Calles de Toledo).

En la comentada plaza de Zocodover se escribió la leyenda de La Sierva. “Aquella misma noche, cuando el viento rugiendo una melodía de muerte y la lluvia siseando besaba la ciudad, colgaban los verdugos en las almenas del Alcázar la cabeza de aquella esclava del Rey, de la bella Azrael, la de talle gentil como las palmeras del oasis, de la la mirada ardiente como las arenas del desierto”. (Web: Leyendas de Toledo)

lunes, 7 de diciembre de 2015

Navidad 2015

Iglesia de Santo Tomé
La iglesia de Santo Tomé de Toledo o de Santo Tomás Apóstol se encuentra ubicada en el centro histórico de la ciudad, y fue fundada después de la reconquista de esta ciudad por el rey Alfonso VI de León. Aparece citada en el siglo XII, como construida sobre el solar de una antigua mezquita del siglo XI. Esta mezquita junto con otras de la ciudad fueron utilizadas como iglesias cristianas sin grandes cambios, ya que en la toma de la ciudad no hubo destrucción de edificios.

A principios del siglo XIV, por encontrarse en estado ruinoso fue totalmente reedificada a cargo de Gonzalo Ruiz de Toledo, Señor de Orgaz y se transformó el antiguo alminar de la mezquita en campanario en estilo mudéjar. Su fama se debe sobre todo por albergar en su interior, el cuadro El entierro del Conde de Orgaz de El Greco, que puede contemplarse accediendo por la parte posterior de la iglesia.

El edificio consta de tres naves con crucero, cubiertas por bóvedas de cañón y ábside poligonal. Para construir la capilla mayor, con mezcla de mudéjar y gótico flamígero, el Señor de Orgaz mandó derribar la antigua cabecera y elevar la cúpula central en forma de estrella de ocho puntas con los nervios pintados. En el lado del evangelio, cerca del altar mayor, una puerta conduce a la entrada de la torre-campanario y desde allí se puede subir por medio de una escalera.

Tiene la iglesia en sus capillas, dos retablos barrocos, uno plateresco y una pila bautismal del siglo XVI. Destacan una imagen de la Virgen María de mármol del siglo XII y el retablo con elementos jónicos de la capilla mayor del siglo XIX, que sustituyó uno anterior churrigueresco.

En los pies de la nave, al lado de la Epístola, en la capilla de la Concepción se encuentra enterrado don Gonzalo Ruiz de Toledo, alcalde de Toledo, benefactor de este templo y fallecido en 1323. Según una leyenda, en su enterramiento aparecieron san Esteban y san Agustín para colocarlo en su sepultura, el mencionado milagro es el que se representa sobre su tumba, la pintura El entierro del conde de Orgaz fue realizada por El Greco en 1584 por encargo del párroco Andrés Núñez de Toledo, el cual reformó la mencionada capilla. Se construyó una nueva planta cuadrangular cubierta por una bóveda de media esfera y en los muros se adosaron cuatro arcos de medio punto, dentro de uno de ellos se colocó una lápida grabada con la explicación del milagro y encima de ella, adaptándose al arco de la pared, la pintura.

El antiguo alminar reconstruido en el siglo XIV por el señor de Orgaz, de planta cuadrada, estilo mudéjar toledano, con mampostería y ladrillo muy bien conservada. La torre contiene incrustaciones de cerámica vidriada y en sus dos cuerpos superiores, doble campanario, se abren grupos de dos y tres ventanas y entre estos dos pisos una decoración a modo de friso de arquería ciega con arcos lobulados y separados por pequeñas columnas de barro cocido vidriado. El coronamiento está realizado con especie de cordón de «dientes de sierra».

Junto a una ventana geminada de la torre en el segundo piso, se encuentra encastrada una placa-nicho visigoda de mármol blanco con venera y cruz patada adornada con las letras alfa y omega y estudiada como una pieza similar al prototipo realizado en los talleres de Mérida, que habrían extendido su influencia en los de Toledo. (Fuente: Wikipedia)

lunes, 8 de diciembre de 2014

Navidad 2014

El Jardín del Armiño
En el centro histórico de Toledo, próximos al barrio de Santo Tomé, bajamos por la calle de San Clemente. Nos detenemos un momento ante la portada de su iglesia y desembocamos ante el portal del Armiño, cigarral que la tradición dice que perteneció a la familia de El Greco.

Pues bien, en pleno siglo XVI situamos allí a un extranjero procedente de la isla de Creta. Soberbio como el que más; el Greco sabía que era un gran pintor, el mejor de todos los tiempos, y lo cobraba así. Se le llamó incluso el artista de los pleitos porque nadie le pagaba la suma que pedía por sus obras puesto que "se pasaba" en sus peritaciones. Y no era para menos, no tenía un duro porque todo se lo gastaba en juergas, diversión, bebida y mujeres. ¿Os imagináis que en todas las comidas el artista pagaba a un grupo de músicos que lo deleitaran mientras degustaba los manjares?. El resultado es que siempre estaba arruinado.

Doménico, se enamoró de una mujer, Jerónima Cuevas, con quien llegó a tener un hijo, Jorge Manuel Theotocópuli quien llegaría a ser uno de los más eminentes arquitectos de la época: baste recordar que trabajó en las Casas Consistoriales y en la Capilla del Corpus Christi de la Catedral de Toledo.

A Jerónima Cuevas se la conoce popularmente como la "Dama del Armiño" que vivía en esta casa, conocida hoy como "Jardín del Armiño" en donde se producían los encuentros amorosos con el artista. Hoy día, el jardín y sus aledaños han sido objeto de una restauración puesto que se encontraba en un estado lamentable de abandono. (Fuente: Mi Toledo)

El Greco dejó honda huella en la cultura de la ciudad de Toledo, como buena muestra es la leyenda: La Dama del Armiño. “Con gran tristeza volvió a su estudio, donde estaba perfeccionando un retrato de doña Jerónima que estaba haciendo conforme la recordaba. Con el niño en brazos, tomó un pincel y moteó de negro el manto blanco del retrato de la que fuera su amada”. (Web: Leyendas de Toledo)

lunes, 2 de diciembre de 2013

Navidad 2013

Puente de Alcántara
El puente de Alcántara se alza sobre el río Tajo, situado a los pies del Castillo de San Servando. Se tiene constancia de su construcción en la época romana, en la fundación de Toletum. Era uno de los puentes que daba entrada a la ciudad, siendo en el medievo entrada obligada para todo peregrino.

El puente consta actualmente de dos arcos u ojos sobre el agua y un arco de paso por tierra utilizado como aliviadero en caso de crecida de las aguas, donde estuvo ubicado el tercer ojo.

Está fuertemente protegido con dos puertas fortificadas en sus extremos, siendo una de ellas de estilo barroco, levantándose en 1721 en el lugar donde se hallaba una fortificación árabe, coincidiendo con la urbanización del Paseo de la Rosa. Su puerta es de tipo triunfal, construida con ladrillo y piedra, adornada con condecoraciones de guirnaldas de flores y frutos. Remata el arco un frontón curvado con bolas de granito en los laterales y en su parte superior central. Un escudo de la ciudad en relieve y una hornacina con la imagen de la Inmaculada Concepción, adornan en su exterior e interior respectivamente.

La puerta opuesta fue construida en época medieval del siglo XIII, si bien sufrió reparaciones en los siglos XV y XVI, añadiéndose inscripciones, relieves y escudo de los Reyes Católicos. A continuación de esta puerta se hallaba una plaza de armas fortificada y junto con el castillo de San Servando en el cerro frontero, en frente, a la salida del puente, conformaban una excelente protección; tal era su perfección militar de defensa en aquella época, que impidió la conquista por este sector de la ciudad. Fue declarado monumento nacional en 1921. (Fuente: Varios autores)

En este lugar ocurrió la leyenda de: El Cristo de las Aguas. “... interrogaron a aquella caja preguntando 'qué quería y a qué venía' no obteniendo respuesta alguna, hasta que llegó el turno a la cofradía de la Vera Cruz, haciendo la pregunta el hermano mayor, entonces la caja se abrió encontrándose con un crucifijo y un rótulo. Lo alzó y leyó en voz alta lo escrito en el pergamino que decía: “Voy destinado para la Santa Vera Cruz de Toledo”. (Web: Leyendas de Toledo)

sábado, 8 de diciembre de 2012

Navidad 2012

Casa del Diamantista
Construida sobre las piedras del río encontramos esta bella casa que se asoma al Tajo. Situada al final de una vaguada natural del cerro Toledano, junto al conocido embarcadero del Barco de Pasaje, antes se llamaba Casa del tinte del barco, pero en el siglo XIX vivió un orfebre, Don José Navarro, que hizo la corona real de Isabel II y ya se quedó con el nombre.

Era una casa maravillosa, con aspecto de pequeña fortificación almenada y embarcadero propio con unas escalerillas que descendían hasta el mismo nivel del agua. Contaba con un coqueto jardín y una cuidada terraza circular con magníficas vistas al río, al Cerro del Bú y a la ermita de la Virgen del Valle.

No se sabe con certeza el año en que Navarro se mudó a vivir a la casa junto al río Tajo que aún se conoce como Casa del Diamantista, por lo que es imposible saber si fue en esta casa donde elaboró la corona de Isabel II y que inspiró la leyenda que cuenta que fue ayudado a crearla por unos diminutos duendes que trabajaban mientras él dormía agotado por la responsabilidad de crear una corona a la altura de una reina. El caso es que en 1857, cuando la casa fue fotografiada por vez primera por Eugène Sevaistre, la casa sufrió una reforma. En la primera imagen la casa aparece sin terraza mientras que en la segunda, tomada por Charles Clifford (casualmente el fotógrafo de la casa real que fotografió a la reina con la corona) y fechada también en ese mismo año, ya aparece la terraza. Por ello es casi seguro que esa reforma la realizó José Navarro al adquirir la vivienda.

Tras la guerra civil, la casa sufrió un paulatino deterioro a partir de una gran riada. Como consecuencia de ella, la Confederación Hidrográfica del Tajo decidió expropiar a su propietario Antonio Aguilar Gómez la vivienda, en la cual vivía con su familia. Fue entonces cuando comenzó el grave deterioro del edificio. En los años 70 la casa fue totalmente restaurada por el arquitecto don Fernando Chueca y Goitia. (Fuente: Toledo Olvidado)

Hacia 1991, la casa acogió la sede de la Escuela Taller de Restauración y desde entonces se encuentra en muy buen estado. Años después y hasta 2010 fue sede de la Confederación Hidrográfica del Tajo. En el verano del mismo año, el Ayuntamiento acordó con dicha Confederación una permuta de la casa para instalar unas oficinas municipales, y a cambio la CHT trasladó su sede al Palacio de Amusco, en la plaza de San Justo.

Al salir de la casa un pequeño barco te traslada al otro lado del río. Al barquero habrá que darle una propina, lo que uno quiera. En este breve paseo disfrutarás de las vistas del Castillo de San Servando y la Casa del Diamantista desde otro punto de vista. Llegados al otro lado del embarcadero parte una senda empedrada en zig zag, que conduce hasta la ermita de la Virgen del Valle. (Textos: Antonio García Ramírez).

Asociada a la elaboración de esta corona está la conocida leyenda La Casa del Diamantista. “...Navarro, se levantó rápidamente para acercarse a la ventana y observar cómo los duendecillos, pues eso parecían, cruzaban el pequeño trecho de tierra que separa la casa del Tajo, para internarse en las aún oscuras aguas de éste y perderse para siempre”. (Web: Leyendas de Toledo)

viernes, 16 de diciembre de 2011

Navidad 2011

Iglesia de Santiago el Mayor 
Si bien la iglesia está ubicada en la calle Airosas, un lateral del edificio forma parte de la vía Real del Arrabal, siendo la vía central del arrabal toledano, que nace como tal calle al ir creciendo éste en época árabe, acabando por ser amurallado para protegerle de las incursiones cristianas, cada día más peligrosas. Anteriormente era solo un camino, que se llamaría “de la Sagra” o de la campiña, como la puerta que protegió su entrada se llamó de Bisagra.

Como la topografía del cerro toledano permite la subida más cómoda a la parte alta de la ciudad por su cara norte, en dirección al istmo de la Vega, en todo tiempo tuvo que ser esta calle un acceso principal al poblado.

En cuanto al nombre, debe de haber influido la circunstancia de que, además de calle, es un efectivo camino real, que desde Valladolid y por la orilla del Guadarrama primero y luego pasando por Madrid, cruza Toledo y se dirige a La Mancha por el puente de Alcántara, camino controlado por este paso forzoso a través del recinto amurallado. Los primeros datos que se dispone de esta vía se refieren a todo el barrio y se le cita ya en 1156, diciéndose que está situado al norte de la ciudad, bajando desde la puerta de Valmardón.

Siendo la calle Real del Arrabal, la entrada principal a Toledo y de mayor anchura a otras, se establecen en ella comercios. En 1561 se cita a una carnicería municipal. En los siglos XVI y XVIII se llamaba “Calabacería” a la parte alta de la calle, donde en puestos desmontables se expedían esos frutos. En el siglo XVIII se reforma a fondo la calle y queda prácticamente como está hoy en día. En esta época también se llamaba “calle que desde la Puerta del Sol, vaja al Arrabal”, también “calle de la Vetería”.

La última reforma de la calle Real del Arrabal fue la de romper la muralla a ambos costados de la puerta de Bisagra, para desdoblar el tráfico rodado. En 1927 se derribaron las casas situadas a ambos lados de la puerta. Por fin, en el año 1972 se eliminó un arco levantado en 1932 y en ambos lados se hicieron dinteles rectangulares, coronados por almenas. Hoy en día la calle con la proliferación de vehículos se ha hecho zona peligrosa y de mala visibilidad. Mientras la torre de la Iglesia de Santiago, libre de añadidos, sigue viendo pasar los años ya  las cosas con la impavidez de quien, por haber vito mucho, no se asombra ya de nada. (Fuente: Historia de las Calles de Toledo).

Conocida también como La Catedral del Mudéjar, la Iglesia de Santiago el Mayor o de Santiago del Arrabal es uno de los monumentos más característicos de Toledo. Situada en lo que eran las afueras de la ciudad o arrabales, de ahí su nombre, esta iglesia supone la cumbre del arte mudéjar toledano y, con permiso de las torres de Teruel, también del español.

Si bien las primeras citas como parroquia corresponden al siglo XII, parece probable que el edificio actual corresponda al siglo XIII, siendo mandado construir por el rey Sancho II de Portugal. También parece muy probable que esta iglesia se levante sobre una antigua mezquita, cuyo alminar se correspondería con la actual torre exenta (separada del edificio), que habría sido recrecida en ladrillo para colocar el campanario.

Se trata de la iglesia mudéjar toledana menos modificada, pues conserva su estructura original. Las obras ejecutadas durante su larga historia se pueden resumir así: en 1564 se elevó el ábside principal para alojar el nuevo retablo de Francisco de Espinosa; en 1612 los pilares de ladrillo fueron forrados con pilastras de yeso; en 1704 se construyó un pórtico adosado al flanco sur del crucero; en 1790 se ocultó el artesonado colocándose bóvedas encamonadas.

Y con ese aspecto -con el ábside recrecido, con el pórtico adosado, con el artesonado oculto y con los pilares forrados de yeso- la iglesia llegó a la era fotográfica, siendo inmortalizada con profusión debido a su enorme belleza.
Las primeras imágenes, tomadas en el siglo XIX, muestran además cómo la iglesia estaba rodeada prácticamente por todos sus flancos por viviendas de ínfima calidad y por puestos de venta de frutas y otros enseres en el ábside. Sin duda, esta situación restaba mucha belleza al edificio, pues no podía apenas ser admirado en su exterior. (Fuente: Toledo Olvidado)

domingo, 5 de diciembre de 2010

Navidad 2010

Puerta del Cambrón
Esta puerta es de origen árabe, conservando de esa época gran parte de la planta baja, el resto de la fábrica es del siglo XVI, de estilo renacentista bajo dictados herrerianos, que fue concebida como un gran arco de triunfo.

Llamada también previamente Puerta de San Martín o Puerta de los Judíos. Se ha especulado que su nombre derivase de las plantas espinosas, cambroneras, que crecían en lo alto de las ruinas de una de las torres, antes de la última reconstrucción de 1576. Es un arbusto de ramas espinosas y de hojas alargadas. Su flor es de color rosado o violeta y el fruto es una baya ovoide carnosa de color rojo o anaranjado.

Situada en el oeste de la ciudad, tiene planta cuadrada con un patio en el centro y cuatro torres angulares de ladrillo. Toda ella se puede considerar dividida en tres cuerpos, correspondiendo el primero a las bases de las cuatro torres que flanquean la entrada y que corresponden a la primitiva fábrica medieval de mampostería o tosca sillería. El resto es de ladrillo, correspondiendo al último cuerpo las cuatro torres de las esquinas y los lienzos almenados que las unen.

Su aspecto actual es el resultado de la reconstrucción realizada desde 1572 a 1577. En 1576, la puerta se rebautizó por el corregidor Juan Gutiérrez Tello como "Puerta de Santa Leocadia" al ponerla bajo la advocación de la patrona de la ciudad, cuya imagen, obra del escultor Juan Bautista Monegro, preside, debajo del escudo del rey Felipe II, la portada interior. (Fuente: La Arquitectura del Renacimiento en Toledo)

En su patio interior una inscripción que reza: SON LIBRES DE PORTAZGO LOS VECINOS DE TOLEDO Y DE SUS MONTES Y DE LOS LUGARES DE LA JURISDICCIÓN.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Navidad 2009

Tejados y Catedral
Desde la torre de San Miguel "El Alto" se divisa el barrio que lleva su nombre y al fondo la torre de la Catedral.

El barrio, según documentos mozárabes data del año de 1174. En su época estaba poblado por boneteros, tejedores de seda, señores de heredades y gente pobre.

Dos edificios merecen mención: uno la Casa de los Templarios, y la otra casa fechada en 1547, era el Hospital de los Peregrinos de San Miguel y San Bartolomé adquirida por el Ayuntamiento en 1562, y derribada para abrir la calle de San Miguel.

En el número 8 de la calle de San Miguel existen unas cuevas llamadas Bodegas de Vázquez, dedicadas a almacenar caldos, llamadas hoy Cuevas de San Miguel o de los Candiles. Están excavadas en roca viva y descubiertas en el siglo XIX. Hoy día se desconoce su origen ni los usos para que pudieran excavarse. En 1900, Juan Moraleda las creyó catacumbas cristianas, pero no se hallaron signos cristianos. (Fuente: Historia de las Calles de Toledo).

En dicho lugar, se narra la leyenda popular de La Casa del Duende de Toledo.“... pero atónitos quedaron cuando las llamas sólo devoraron rápidamente la casa de la bruja, sin saltar a las casas vecinas, escuchando los terribles alaridos y maldiciones que ésta pronunciaba desde el interior, mientras el fuego consumía todo rápidamente, incluyendo a la Bruja.

El incendio se extinguió sólo en poco tiempo, sin intervención de ningún vecino que seguían mirando atónitos frente a la puerta. En pocos minutos sólo quedó en pie la fachada de la casa, con las dos columnas. Todo el interior quedó arrasado por el fuego. Tan sólo alguien observó una diferencia: ahora en las columnas habían aparecido esculpidas dos lamparillas, dos candiles, que ahí siguen". (Web: Leyendas de Toledo)

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Navidad 2008

Iglesia de San Cipriano
El origen de este templo se remonta a la época de la dominación musulmana, tal y como se pone de manifiesto en la exenta torre mudéjar.

La iglesia fue reformada entre los años 1612 y 1613 siendo Juan Bautista Monegro el responsable de las trazas, encargándose de los trabajos el alarife Juan de Orduña. Se alargó la capilla mayor.

El resultado es un edificio de una sola nave, rematado por un ábside plano y con un coro elevado en los pies. En 1708 se reconstruyó la torre, conservando su estructura original de época medieval, siguiendo el modelo más antigüo dentro de la tipología de torres mudéjares toledanas, que se caracteriza por la construcción de paramentos lisos de mampostería encintada y un cuerpo superior en ladrillo, destinado a campanario.

El camarín de la Virgen de la Esperanza fue construido en 1622 para conservar la talla románica de la Virgen, fechada en el siglo XII. La portada sigue el esquema de la fachada de la iglesia de San Pedro Mártir, se reduce aquí a un arco de medio punto con aparejo de sillares resaltados y escudos de Don Carlos Venero en las enjutas, y a una hornacina entre aletones que actúa como remate. (Fuente: Wikipedia)

Muchas calles de Toledo tienen su propia leyenda. Cercano a esta iglesia se encuentra la calle de la Mano, donde surgió la leyenda popular de La mano ensangrentada.“...abren la puerta y allí descubren una imagen terrible: un perro trae en la boca una mano ensangrentada. No pudiéndolo evitar, el animal entra en el convento y deja la mano en el patio”. (Web: Leyendas de Toledo)

viernes, 7 de diciembre de 2007

Navidad 2007

Calle del Comercio
Aunque la creencia popular la asigna el nombre tradicional de calle Ancha, no es cierta tal equivalencia sino en parte; en efecto, la auténtica calle Ancha era sólo el trayecto comprendido entre Zocodover y el comienzo de la cuesta de Belén. En las menciones que de esta calle se hacen en los siglos XVI al XIX se indican diversos nombres gremiales para el resto hasta la plaza de las Cuatro Calles.

En 1556 se reseñan, desde Zocodover, la calle Ancha, la calle de la Lencería y la de la Calcetería. Francisco de Pisa por su parte, partiendo de Zocodover asimismo, nos habla en 1593 de que “en la calle Ancha, que va por otro camino, hay diversidad de oficios, cordoneros, calceteros y joyeros... tiendas de lencería, de jubeteros y calceteros: y desde el Solarejo, plateros y cereros...”

Como resultaban demasiados nombres gremiales para una calle que tiene una unidad indiscutible, el Ayuntamiento obró con cordura en el Nomenclátor de 1864 al llamarla, uniformemente, con el nombre genérico de la calle del Comercio, que engloba a todos los posibles géneros a vender; y así se explica también que se aceptase por todos, aunque no fuera totalmente nuevo entonces.

Aun así, los toledanos no dejaron de llamar calle Ancha a su vía más transitada, aunque hayan olvidado que se llamaba así al derribar siete casas en su acera de los pares, desde la entrada por Zocodover, realizado en 1616 para que pasase la solemne procesión de la Virgen del Sagrario; ello podría ser la causa del antiguo topónimo; no obstante, antes de verificarse este ensanche ya se usaba el nombre seguramente por ser la más amplia de las que nacen en el antiguo Zoco.

El carácter mercantil de la calle ha hecho que en ella no existan casas o palacios famosos. Sólo dos edificios de cierta nombradía han dejado rastro documental: el Mesón de los Paños, que estaba ubicado haciendo esquina con la calle Nueva (fue Banca Sucesores de A. Jiménez, y en nuestros días, Banco Central). El otro edificio, llamado Calahorra Vieja, propiedad de la Catedral en 1234, año en el que ya era un mesón. Se supone que estaba situado con salida a la calle de la Sierpe. (Fuente: Historia de las Calles de Toledo).

Como se ha comentado, todo parte de la plaza de Zocodover, uno de los lugares de la ciudad donde se llevan a cabo multitud de actos y festejos, así como también sirve de popular punto de encuentro y disfrute de los toledanos y sobre todo paso obligado para los miles de turistas que jalonan las calles del casco histórico durante todo el año. Pues bien, la mencionada plaza fue objeto de dos leyendas:

Allá van leyes donde quieren reyes. “...Pero la sorpresa y el silencio rotundo de toda la plaza llegó cuando el fuego se extinguió y los allí reunidos pudieron comprobar que entre las cenizas aún quedaba intacto el otro misal, el romano, que también había sobrevivido al intenso fuego”.

La Sierva. “...colgaban los verdugos en las almenas del Alcázar la cabeza de aquella esclava del Rey, de la bella Azrael, la de talle gentil como la palmera del oasis, la de mirada ardiente como las arenas del desierto”. (Web: Leyendas de Toledo)

domingo, 10 de diciembre de 2006

Navidad 2006

Monasterio de San Juan de los Reyes
La construcción del Monasterio de San Juan de los Reyes se inicia en 1477, siguiendo las órdenes de la reina Isabel de Castilla, quien ordenó construir este templo como recordatorio de la victoria de Toro y para que pudiera servir como panteón real de ella y su descendencia, de ahí la forma de catafalco rodeado de cirios, siendo los pináculos la representación de estos últimos. La terminación del templo no llegaría hasta varios años después de su muerte, en 1526, durante el reinado de su nieto, Carlos I. La dedicación a San Juan está motivada por la devoción que sentía la reina hacia San Juan Evangelista, como manifestó claramente al dar los nombres de Juan y Juana a dos de sus hijos y adoptar el águila nimbada en su escudo de armas.

El arquitecto principal de la obra hasta su muerte, ocurrida en 1494, fue Juan Guas, quien diseñó y construyó la cabecera y el crucero. La fachada está recorrida por el cordón franciscano al ser esta orden la ocupante del edificio y las cadenas que vemos colgadas en el exterior de sus muros corresponden a los cristianos que fueron liberados tras la reconquista de Granada, siendo colocadas en 1494. La portada principal, se construyó entre 1606 y 1610 según un diseño de Alonso de Covarrubias, arquitecto fallecido en 1570, y se suele decir de ella que es semigótica y semirenacentista, por lo que no es ni una cosa ni la otra.

La planta de la iglesia es de salón, siendo su cabecera poligonal. El crucero es más espacioso de lo esperado al estar diseñado para acoger unos túmulos funerarios que nunca llegaron. Los Reyes Católicos (Isabel de Castilla y Fernando de Aragón) están enterrados en la Capilla Real de la Catedral de Granada.

El claustro del Monasterio tiene unas dimensiones que son la mitad de la nave de la iglesia y está considerado una obra maestra del gótico final o gótico flamenco, combinando en su construcción elementos mudéjares y góticos, algo que es característico en Juan Guas. Consta de dos plantas que rodean un patio cuadrado, teniendo el piso inferior una bóveda de tipo alemán, esto es sin que los nervios se junten en el centro. En el techo del piso superior podemos observar un artesonado de madera con lacería mudéjar.

En el conjunto de la edificación se repite una decoración de la cual podemos observar la representación de la reina Isabel mediante la "Y" como inicial de su nombre y un haz de flechas, y la del rey Fernando por la "F" inicial de su nombre y un yugo donde leemos "tanto monta" que nos lleva hasta Alejandro Magno y su decisión de cortar el nudo gordiano, justificando con ello la importancia del fin perseguido sin importar los medios utilizados para conseguirlo. Si reparamos un poco en ello, nos daremos cuenta de que el nombre del símbolo que sigue a la inicial del soberano (Y o F) comienza con la inicial del nombre del otro (Yugo o Flechas).

El convento, tras ser arrasado, por los franceses, durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) y la posterior desamortización de 1836, terminó arruinado, no acabándose de restaurar hasta el pasado siglo XX y habiendo desaparecido el segundo claustro. (Fuente: Una ventana desde Madrid)

jueves, 8 de diciembre de 2005

Navidad 2005

Estación de Ferrocarril
La estación de Toledo se inauguró en Abril de 1919. Pero antes de ser inaugurada hubo una historia previa, ya que este edificio, tal cual lo conocemos en la actualidad, sustituía a una edificación que se había proyectado por la Compañía del Ferrocarril de Castillejo a Toledo. Dicho edificio se inauguró en 1858 y era de un estilo totalmente funcional, a diferencia de la actual con su estilo muy característico neo mudéjar.

Así, el edifico actual es muy atípico en las construcciones ferroviarias por los distintos elementos que se van a ver a continuación. Las obras se iniciaron en 1917 bajo órdenes del arquitecto Narciso Clavería que fue un gran impulsor del renacimiento mudéjar en España. Tras casi tres años de obras y un coste superior al millón de pesetas, se realizaron las obras donde los materiales fundamentales fueron ladrillo, piedra, cemento y hierro, que se combinaron de forma muy decorativa para conseguir el notable estilo que tiene la estación.

Está compuesta por un edificio de viajeros situado en un lateral de las vías del que sale una marquesina de hierro sostenida con delgadas columnas. El edificio de viajeros está compuesto por un pabellón central de una sola planta. A cada lado del pabellón central, tiene sendos adosados que continúan el estilo de la fachada aunque son de dos alturas. En el extremo izquierdo de la estación, sobresale una curiosa torre de reloj, muy poco habitual en estaciones y más común en iglesias de estilo mudéjar, por esa forma de minarete o de campanario con modelos similares en una zona donde abunda dicho estilo.

El pabellón central, posee desde el exterior, cinco puertas de acceso al vestíbulo sujetas por arcos de herradura puntados. Una vez dentro, nos encontramos con un vestíbulo de gran amplitud donde destaca la taquilla con un forjado espectacular y muy llamativo. Todos los ornamentos y formas interiores de la estación, fueron realizados por maestros toledanos que impregnaron su estilo artesanal concordante con los existentes en la zona. La parte inferior de las paredes del vestíbulo está revestido de mosaicos de azulejos al igual que el artesonado del techo con formas muy características, obra del ceramista toledano Ángel Pedraza, Todo el trabajo de adornos de forja, como lámparas, barandillas, etc. son obra del maestro forjador Julio Pascual.

Por tanto, el conjunto de la estación es de una gran belleza, a pesar de que el estilo no encaje con las estaciones en general. También hay que tener en cuenta el volumen de tráfico que tiene la estación que poco a poco ha ido disminuyendo hasta la actualidad debido a la cercanía de Madrid y a las comunicaciones por carretera que se han ido mejorando con la inauguración en 1989 de la actual autovía.

Como gran evolución, el 15 de Noviembre de 2005 se inauguró la línea de Alta Velocidad (AVE) entre Madrid y Toledo. De esta forma se unía Madrid en un tiempo breve, en torno a 25 minutos sin paradas intermedias, frente a una autovía con gran volumen de tráfico, generalmente atascada en las horas punta. Así se mejoraban los accesos a la ciudad de Toledo y la comunicación con Madrid, facilitando el acceso, tanto al turismo como a las habitantes. Pero la línea de Alta Velocidad, también ha creado otros inconvenientes, que afectan a ciertos sectores al suprimir la antigua línea de regionales por la vía convencional. Ya que deja bien comunicado Madrid con Toledo, pero deja aisladas a otras poblaciones intermedias, además de forzar, que todas las comunicaciones de Toledo con el resto de destinos, pasen forzosamente por Madrid. (Fuente: Ferropedia)